10/4/08

No Apoyamos el modelo K



No me gusta opinar de política. Es un tema que divide. Lo mismo que la religión o el fútbol. Pero voy a hacer una excepción y les voy a contar algo íntimo que me sucede cada vez que escucho a la "faraona" o alguien de su séquito. Se me revuelven las tripas y no puedo dejar de preguntarme cómo tantos millones de argentinos y argentinas pusieron su confianza en esta clase de personas. Estamos viviendo una dictadura. Pero no cualquier dictadura, sino una dictadura democrática, elegida por la gente sabiendo lo que se venía.
Ya lo vislumbraba la señora Mirtha Legrand, cuando allá por 2003 preguntaba tan naif como filosa: ¿Se nos viene el zurdaje? Y se nos vino nomás, y encima con replay. Serán ocho años (¡ocho años!) de persecución ideológica. Porque fíjense lo que son las cosas, quienes marchan enarbolando la bandera del sufrimiento y el haber sido perseguidos por sus ideas ahora hacen sufrir y persiguen por las ideas de "los otros". Y cabe aclarar que "los otros" podemos ser "nosotros", los que miramos la calesita desde abajo.
Cuando la gente del campo salió a protestar mucha otra gente que sólo conoce el campo cuando sale de vacaciones observaba por televisión la protesta y cómo se iba desarrollando. "Figurita repetida" - pensamos algunos- "diez días de quejas y luego se llega a un arreglo". Es lo que cualquier Jefe de Estado coherente habría preferido. Pero la testarudez de nuestra "faraona" no permite que nadie se atreva siquiera a pensar en dudar sobre sus decisiones. Y ahí salió con su discurso prepotente e intimidatorio, disfradado de víctima y con sus palabras molestó a todos. Porque en su discurso se leyó el mensaje fundamental : Ojo con quejarse porque acá nadie puede pensar lo que se le ocurra. Y la gente reaccionó. Y salió con una fórmula conocida, la del cacerolazo. Los primeros cacerolazos, aquellos de 2001, los "originales" y que provocaron la destitución de un presidente se habían dado en un contexto muy distinto al actual. Pero la señora sintió que el pueblo le tocaba el culo. Y se enojó mucho. Muchísimo. Tanto que al cabo de una hora salieron sus defensores para romperle la cara a todo aquel que pensara distinto. Pero esta vez no eran policías, ni fuerzas del orden militar. Eran "empleados" del gobierno que salían a defender a su patrona. Y ahi viene la lista de cosas que no me gustan del actual grupo que nos dirige:

- Sepan que está mal decir "Presidenta". Los cargos no tienen género, así que lo correcto es decir "Señora Presidente". Arrancamos mal desde el vamos.
- Si lo que necesitamos los argentinos es superar "los años oscuros", ¿para qué nos lo están refregando en la cara todo el tiempo?
- Asusta tener un gobierno revanchista, resentido, provocador, persecutorio y discriminatorio. El dia Martes 1º de Abril, en la emisión de CQC después de los cacerolazos y los comentarios vertidos por el funcionario gubernamental D'Elia, un periodista consigue hablar a las apuradas con la Presidente y le pregunta: ¿Escuchó lo que dijo D'Elia? (que con mucho gusto el mataría a todos los blancos de mierda) la respuesta de nuestra Jefa fue: ¿vos también sos racista? Nunca me cayó bien la gente que responde una pregunta con otra pregunta, pero cuando esta respuesta interrogatoria además es de ataque, menos me gusta esa persona.
- El protagonismo que han tomado en estos últimos años las palabras "memoria", "abuelas y madres de Plaza de Mayo", "juicio y castigo", "discriminar", "represor", no hacen más que - disculpando la expresión - revolver el mismo balde de mierda que hace 20 años. Y con tanto tiempo el olor ya es insoportable.
- La base de toda evolución en una sociedad es la libertad de poder expresar las ideas y opiniones de cada uno teniendo como marco el respeto por el otro. Nada de esto está presente en la Argentina de hoy.
- Nuestro país no está creciendo. Es más que evidente.

Quiero terminar acá porque las palabras se agolpan para salir, y no quiero que un simple post termine como algo sin sentido y mezclando ideas y conceptos.
Me despido hasta la próxima, espero que con mejores comentarios por hacerles.

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